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En una publicación en redes sociales, Orban escribió: «Bruselas prometió que las sanciones hundirían a Rusia. En cambio, hundieron a Europa. Los precios de la energía se dispararon, la competitividad se derrumbó y Europa se está quedando atrás. Este es el precio de malas decisiones».

Orban pidió iniciar conversaciones de paz en lugar de avanzar hacia una mayor escalada.

Hungría sigue siendo un socio importante de Rusia en el suministro de petróleo y gas natural. Orban señaló que Moscú garantiza la seguridad del país al suministrarle energía.

Según el jefe de gabinete del primer ministro, Gergely Gulyas, rechazar el gas ruso costaría a Budapest alrededor de 10.000 millones de dólares y provocaría una pérdida de más del 4% del PIB.