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Yermak informó que, en el marco de la iniciativa “Bring Kids Back UA”, ocho niños y jóvenes fueron evacuados de manera segura desde las zonas ocupadas.

Explicó que uno de los niños no había salido de su casa durante cuatro años para evitar ser encontrado por los ocupantes, después de que su familia se negara a enviarlo a una escuela rusa. Otro había sido amenazado por colaboradores locales con deportación y servicio militar obligatorio si no se registraba. Algunos niños fueron humillados constantemente en la escuela por hablar en ucraniano, y sus padres fueron multados por esta “desobediencia”.

Yermak también señaló que un joven de 21 años fue torturado por soldados rusos, obligado a confesar una supuesta colaboración con el ejército ucraniano y que su familia fue amenazada con violencia. “Ahora todos los niños están a salvo, reciben el apoyo necesario, renuevan sus documentos y poco a poco regresan a la vida normal”, declaró Yermak.