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El primer ministro Ernesto Álvarez declaró el jueves por la noche que el gobierno anunciaría el estado de emergencia en Lima en las próximas horas y estaba preparando una serie de medidas para combatir la creciente inseguridad.

La protesta del miércoles por la noche, organizada por manifestantes de la Generación Z, trabajadores del transporte y organizaciones de la sociedad civil, fue la última de una serie de manifestaciones contra la corrupción y el aumento de la delincuencia, que culminaron la semana pasada con la destitución dramática a medianoche de la expresidenta Dina Boluarte.

Miles de manifestantes se reunieron en todo el país y cientos se enfrentaron con la policía frente al edificio del Congreso en Lima. La policía utilizó gases lacrimógenos, mientras que algunos manifestantes lanzaron fuegos artificiales, piedras y objetos encendidos.

Los manifestantes que llegaron al Congreso e intentaron derribar las barreras metálicas de protección gritaron “¡Todos deben irse!”, lo que provocó enfrentamientos.

El representante de la oficina del defensor del pueblo, Fernando Losada, informó que durante la protesta fue asesinado Eduardo Mauricio Ruiz, de 32 años, y que su muerte será investigada. La fiscalía peruana indicó que Ruiz murió tras recibir un disparo.