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Lazzarini afirmó que reanudar la educación traerá esperanza, sanación y continuidad en medio de la destrucción, subrayando que devolver a los niños de la Franja de Gaza al camino educativo es una prioridad.

“No lograrlo solo sembrará las semillas de la desesperanza y el extremismo. Antes del alto el fuego, más de 60.000 niños se beneficiaron de los Espacios de Aprendizaje Temporales de la UNRWA establecidos en refugios comunitarios para personas desplazadas. Estos espacios ofrecían a los niños un respiro de la guerra y proporcionaban actividades básicas de aprendizaje y juego.”

Señaló que, tras la entrada en vigor del alto el fuego, el número de estos espacios aumentó para permitir la educación en nuevas zonas accesibles, y agregó: “Con la llegada del invierno, necesitamos urgentemente miles de tiendas y lonas para proteger a los niños del frío.”

Lazzarini destacó que casi todos los edificios escolares han sido destruidos o gravemente dañados: “Su reconstrucción y reparación requerirán tiempo y recursos. No hay tiempo que perder.”