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Cuando la pandemia de COVID-19 arrasó el mundo en 2020, pronto se convirtió en la principal causa de muerte a nivel global y redujo la esperanza de vida. En 2021, los recién nacidos podían esperar vivir, en promedio, 71,7 años.

Sin embargo, para 2023 la COVID-19 había caído al puesto 20 entre las principales causas de muerte, por detrás de varias enfermedades crónicas, el Alzheimer y los trastornos neonatales. La esperanza de vida mundial subió a 73,8 años.

Según una investigación publicada en la revista médica The Lancet, las enfermedades crónicas representan casi dos tercios de las muertes y enfermedades en el mundo, encabezadas por las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes.

Factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo y la contaminación del aire desempeñan un papel importante en la aparición de enfermedades crónicas. Los investigadores estiman que, si se abordaran, se podrían prevenir casi la mitad de todas las muertes y discapacidades a nivel global.

El director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de EE. UU., Dr. Christopher Murray, afirmó: «El rápido crecimiento de la población mundial envejecida y la evolución de los factores de riesgo marcan una nueva era de desafíos para la salud global».

El equipo de Murray, en colaboración con investigadores de todo el mundo, analizó datos sobre 375 enfermedades y lesiones y 88 factores de riesgo en 204 países y territorios entre 1990 y 2023.

Compilaron datos de cinco grandes países europeos —Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido—. En 2023, la principal causa de muerte en todos ellos fue la cardiopatía, salvo en Francia, donde el cáncer de pulmón ocupó el primer lugar.

La esperanza de vida en estos cinco países europeos es mucho más alta que en otras partes del mundo —de 80,9 años en Alemania a 83,2 años en España—.

Los investigadores también expresaron su preocupación por el aumento de la mortalidad entre jóvenes y adultos jóvenes en Norteamérica y Latinoamérica (debido al suicidio, las drogas y el alcohol) y en el África subsahariana (por enfermedades infecciosas y accidentes).

Murray calificó los hallazgos como una «llamada de atención» para que los gobiernos y los líderes sanitarios «respondan de forma rápida y estratégica a las inquietantes tendencias que están redefiniendo las necesidades de salud pública».

Espaniol News Agency Espaniol News Agency

 

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