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Para la nueva encuesta, Ipsos realizó preguntas entre el 12 y el 29 de septiembre a más de 9.800 votantes en el Reino Unido, Francia, Estados Unidos, España, Italia, Suecia, Croacia, los Países Bajos y Polonia. Los encuestadores descubrieron que, en los nueve países analizados, un promedio del 45 % de los participantes está insatisfecho con el funcionamiento de la democracia.

Según la encuesta, con excepción de Suecia —donde la población cree que la política democrática funciona bien—, en los demás países una clara mayoría está preocupada por los riesgos que enfrentarán sus sistemas de autogobierno en los próximos cinco años.

La encuesta llega en medio de crecientes temores de que la democracia esté bajo amenaza en Occidente. Según un informe publicado recientemente para el G20, la desigualdad de la riqueza a nivel mundial impulsa el apoyo a los partidos extremistas, debilita el debate público y sienta las bases del autoritarismo.

La Comisión Europea presentó esta semana planes para reforzar la democracia en los 27 países de la UE. Sin embargo, los críticos sostienen que la propuesta para abordar la injerencia extranjera en las elecciones europeas es demasiado débil y depende de la participación voluntaria de los Estados miembros.

Los votantes que se identifican con los extremos políticos —tanto de izquierda como de derecha— son los más propensos a afirmar que la democracia está fracasando.

En Francia y los Países Bajos, los niveles de satisfacción cayeron el año pasado debido a turbulencias políticas. El gobierno francés sufrió repetidas crisis por el presupuesto nacional, mientras que la coalición neerlandesa colapsó a principios del año, lo que llevó a elecciones en octubre.

En ninguno de los nueve países encuestados la mayoría de los votantes cree que sus gobiernos nacionales representen bien sus opiniones.

Ipsos descubrió que los participantes apoyan, para proteger la democracia, la aprobación de leyes y sanciones especialmente orientadas a combatir la corrupción, mantener la independencia judicial, mejorar la educación cívica en las escuelas y regular las noticias falsas y los discursos de odio en las redes sociales.