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Veliaj, detenido bajo acusaciones de corrupción, condenó la decisión del gobierno de destituirlo y el decreto presidencial que ordenaba repetir las elecciones locales en Tirana, calificándolo de “acto inconstitucional”.

Comparó su caso con el del alcalde de Tropoja, en el norte de Albania, quien sigue en el cargo a pesar de encontrarse bajo arresto domiciliario mientras es investigado por corrupción.

El debate jurídico se centró en los motivos invocados por el gobierno para su destitución y en si el procedimiento se ajustó a la ley.

La destitución de Veliaj fue propuesta por el primer ministro Edi Rama a principios de septiembre, al presentar su nuevo gabinete tras lograr un cuarto mandato sin precedentes.

Pocos días después, el Consejo Municipal de Tirana votó a favor de su destitución, alegando que no había asistido al trabajo durante más de tres meses. La ley albanesa permite destituir a un alcalde en tres casos: violación de la Constitución o las leyes, existencia de una sentencia judicial firme o ausencia del trabajo durante más de tres meses consecutivos.

Desde su arresto en febrero, Veliaj permanece detenido y no puede desempeñar sus funciones. Está acusado de corrupción, lavado de dinero y ocultamiento de bienes.

Negando las acusaciones, Veliaj sostuvo que su detención fue injusta. En una carta enviada al consejo municipal, afirmó que deseaba asistir a la reunión de destitución, pero su solicitud fue rechazada, y agregó que no se le notificó oficialmente el procedimiento de destitución.