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Sybiha afirmó que los ataques una vez más apuntaron contra los civiles y la vida cotidiana, destruyendo las infraestructuras de electricidad, agua y calefacción en muchas regiones, además de dañar las redes ferroviarias y otras infraestructuras críticas.

El ministro subrayó que los ataques rusos prolongan la guerra: “Solo hay un país en el mundo que quiere que esta guerra continúe, y ese país es Rusia. Putin todavía cree que puede ganar y escapar de la responsabilidad por los crímenes que ha cometido.”

Sybiha añadió que, para poner fin a la guerra, la comunidad internacional debe ejercer una presión más fuerte: “Para detener esta guerra, necesitamos una presión internacional lo suficientemente fuerte como para obligar a Putin a detenerse.”

Señaló que la guerra solo podrá terminar si Rusia se ve privada de sus ingresos energéticos, su maquinaria bélica se debilita mediante ataques de largo alcance y Putin enfrenta la realidad de que el terrorismo no lo llevará a ninguna parte.