Se amplía la prohibición de pasear perros en Irán
Teherán, 9 de junio (Hibya) – Según un informe de la BBC, las autoridades iraníes han ampliado la prohibición de pasear perros a muchas ciudades del país, alegando preocupaciones por el orden público, la salud y la seguridad.
La prohibición, que refleja una orden policial de 2019 que prohíbe pasear perros en la capital Teherán, se amplió la semana pasada a al menos 18 ciudades más. También se prohibió transportar perros en vehículos.
Desde la Revolución Islámica de 1979, tener un perro no está bien visto en Irán; las autoridades consideran a los perros "impuros" y los ven como un legado de la cultura occidental.
No obstante, a pesar de los esfuerzos por impedirlo, la tenencia de perros va en aumento, especialmente entre los jóvenes, y se percibe como una forma de rebelión contra el régimen restrictivo iraní.
Según medios locales, un funcionario de la ciudad occidental de Ilam, donde se aplica la prohibición, dijo el domingo que se tomarán "medidas legales" contra quienes violen las nuevas reglas.
Sin embargo, en el pasado la aplicación de las restricciones ha sido inconsistente, y muchos dueños de perros continúan paseándolos en espacios públicos en Teherán y otras regiones.
No existe una ley nacional que prohíba explícitamente tener perros, pero los fiscales suelen emitir restricciones locales que aplica la policía.
El fiscal de Hamedán, en el oeste del país, Abbas Najafi, declaró al diario estatal *Irán*: "Pasear perros es una amenaza para la salud pública, la paz y la tranquilidad".
A veces los dueños son arrestados por pasear a sus perros en lugares públicos, y sus mascotas son confiscadas.
Muchos han comenzado a pasear a sus perros por la noche o en zonas solitarias para evitar ser detectados.
Los políticos del régimen islámico consideran que tener mascotas no es islámico. Muchos clérigos creen que acariciar a los perros o entrar en contacto con su saliva es “najis” o ritualmente impuro.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha calificado anteriormente la tenencia de perros – salvo con fines de pastoreo, caza o seguridad – como “reprobable”.
Tras la última ofensiva, los críticos afirman que la policía debería centrarse en la seguridad pública, en lugar de restringir libertades personales, en un contexto de creciente criminalidad violenta.
Tener un perro, asistir a fiestas clandestinas o beber alcohol han sido durante mucho tiempo formas silenciosas de resistencia contra el régimen teocrático iraní y sus leyes de velo obligatorio.
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