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Según los documentos revisados por el Consejo de Seguridad de la ONU, se halló equipo militar británico utilizado por el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), acusado de genocidio, en los campos de batalla de Sudán.

En un conflicto que ha provocado una de las mayores catástrofes humanitarias del mundo, se confiscaron sistemas de puntería de armas ligeras y motores fabricados en el Reino Unido para vehículos blindados.

Estos hallazgos han reavivado los exámenes sobre las exportaciones de armas del Reino Unido a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), acusados repetidamente de suministrar armas a las RSF.

Los hallazgos también plantean preguntas sobre el gobierno británico y su posible papel en la intensificación del conflicto.

Meses después de que el Consejo de Seguridad de la ONU interceptara por primera vez alegaciones de que los EAU podrían haber suministrado productos británicos a las RSF, nuevos datos muestran que el gobierno británico aprobó exportaciones adicionales de equipos militares similares al estado del Golfo.

Se descubrió que motores británicos, fabricados especialmente para un vehículo blindado de los EAU, fueron exportados al país pese a pruebas de su uso en Libia y Yemen, en violación de los embargos de armas de la ONU.

Los EAU han negado repetidamente las acusaciones de haber brindado apoyo militar a las RSF.

La guerra entre las RSF y el ejército de Sudán, que entra en su tercer año, ha causado al menos 150.000 muertes, más de 12 millones de desplazados y ha dejado a unos 25 millones enfrentando hambre severa. Ambas partes han sido acusadas de crímenes de guerra y ataques contra civiles.

El equipo militar británico encontrado en Sudán figura en dos archivos de junio de 2024 y marzo de 2025 revisados por el Consejo de Seguridad. Ambos archivos, compilados por el ejército sudanés, afirman presentar “pruebas detalladas” del apoyo de los EAU a las RSF.

Las pruebas de que el Reino Unido continúa suministrando equipo militar a los EAU, a pesar del riesgo de alimentar el devastador conflicto en Sudán, han suscitado profunda preocupación.