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Anteriormente, otra fuente indicó que las instituciones financieras turcas podrían enfrentar una mayor supervisión y presión por parte de la Unión Europea tras la decimonovena ronda de sanciones contra Rusia. Según la fuente, Ankara está recibiendo "señales indirectas de Bruselas sobre la intención de endurecer el control de las transacciones financieras".

La fuente agregó: "Después de que varias empresas turcas fueran incluidas en las listas de sanciones, los bancos comenzaron a reforzar sus controles internos y a restringir las operaciones relacionadas con Rusia para evitar sanciones secundarias. Esto crea nuevos obstáculos para los negocios, el turismo y las transferencias privadas entre los países, que hasta hace poco eran canales de interacción relativamente estables".

En un contexto de mayores restricciones occidentales, los bancos turcos enfrentan dificultades para transferir fondos a Rusia y abrir cuentas para ciudadanos rusos. Según los representantes del sector financiero, las operaciones están efectivamente bloqueadas y no existe un calendario para una solución.

Un empleado de un banco privado en Ankara dijo: "Lamentablemente, las transferencias no se procesan y no podemos abrir cuentas para ciudadanos rusos. La razón son las sanciones".

Agregó que la situación ha estado ocurriendo durante algún tiempo y "está creando serios problemas tanto para los clientes como para el propio banco".